Lisi Sfair comparte escena con Elena Ollero en un diálogo marcado por la limpieza de líneas y una intensidad contenida que se construye desde la escucha. El cante de Eleazar Cerreduela actúa como eje emocional, marcando tiempos y atmósferas, mientras la guitarra de Antonio González refuerza el pulso musical con una sonoridad clara y envolvente que acompaña el desarrollo del baile.