El baile de Lisi Sfair y Claudia de Utrera da lugar a un encuentro de gran intensidad expresiva, donde los contrastes rítmicos y de carácter generan una tensión escénica constante. El cante de Eleazar Cerreduela imprime profundidad y coherencia al conjunto, mientras que la guitarra de Alejandro Moreno aporta un pulso firme y una sonoridad directa que refuerza el carácter íntimo de la propuesta.