Francisco Hidalgo y Patricia Donn dan forma a un encuentro donde dos maneras de sentir el baile se entrelazan con naturalidad. Él aporta firmeza, ritmo y una presencia llena de raíz; ella encarna la sensibilidad, la elegancia y una expresividad muy personal. El viaje se completa con la voz de Eva Durán y las guitarras de Juan José Ramos o Luis Miguel Manzano, que sostienen el pulso del espectáculo y lo convierten en un diálogo donde el flamenco se convierte en una emoción compartida.